Durante la pandemia muchas personas en Chile se vieron obligadas a ingeniárselas buscando nuevas fuentes de ingresos. Todos conocemos a alguien que emprendió un negocio valiéndose de las herramientas que entregaban las Redes Sociales y las plataformas de eCommerce. Surgieron desde negocios innovadores que ofrecían servicios nunca antes vistos, hasta los más archi conocidos. Muchos también pasaron del formato de atención presencial al online para nunca más volver atrás. Luego volvió la “normalidad”, y muchas empresas buscaron recontratar al personal perdido, sin embargo se toparon con una rotunda negativa por parte de la fuerza de trabajo. Decían que la gente ya no quería trabajar, que les bastaba con las ayudas del estado o que simplemente se debía a una flojera generalizada. Pero, ¿es ese realmente el problema?